Cómo redactar un buen comentario de texto I

Seguimos asesorando a nuestros lectores con las dudas que se pueden presentar de cara a Selectividad. Esta entrada la vamos a dedicar a una de las cuestiones que más trabajo cuesta a los estudiantes: cómo redactar un buen comentario de texto.

Sabemos que muchas materias que hay que estudiar para Selectividad tienen un comentario de texto en el examen de la prueba (Lengua, Historia, Geografía, Historia del Arte -en esta última el comentario se realiza sobre una imagen y no sobre un texto-, entre otras), por lo que es muy importante saber redactarlo a la perfección. No es cosa fácil y requiere soltura, expresividad, buena capacidad de comunicación y síntesis, coherencia, estilo… ¡muchas cosas! Así pues, aquí tenéis una serie de pautas y consejos sobre cómo redactar un buen comentario de texto, que debe realizarse en varios pasos.

Paso uno: primera lectura. El primer paso es hacer una lectura ágil del texto para entender la idea general. Hay que “dejarse llevar”, disfrutar de lo que se lee y no tratar de analizar nada. Solo hay que leer y captar el concepto general.

Paso dos: segunda lectura. A continuación llega la hora de echar un ojo mucho más pormenorizado y exhaustivo al texto. En este momento podemos subrayar, repasar y copiar en una hoja en sucio las ideas y los términos principales del texto y lo que se nos venga a la cabeza sobre la marcha, relacionando ideas y uniendo con flechas y esquemas la información del texto con nuestra propia percepción del mismo. De ese modo, a la hora de redactar el comentario definitivo, tendremos ya una buena parte de nuestras ideas plasmadas en papel.

Paso tres: tercera lectura. Una vez interpretado, entendido y asimilado el sentido completo del texto, toca comenzar con el verdadero comentario de texto. ¿Cómo se hace esto? Es fácil. Hay que redactar de manera ordenada, limpia, coherente y personal. En nuestra redacción debemos colocar toda la información que hemos ido poniendo en sucio durante la lectura anterior, relacionando las ideas y dando nuestra opinión, siempre que todo tenga sentido, distribuyéndolo todo según nos pida el ejercicio.

El error más frecuente en el tercer apartado es redactar nuestro escrito de manera desordenada, caótica; es decir, según se nos vienen las cosas a la cabeza. Es por esto que el segundo apartado es tan importante y recomendable. Y sólo la práctica nos dará agilidad y soltura a la hora de leer el texto del que después tendremos que decir tanto. Por eso, no es aconsejable sino necesario practicar mucho antes de la prueba definitiva, realizar muchos comentarios. La extensión de los mismos irá aumentando y veremos cómo cada vez se nos ocurren más cosas que decir. Solo de esta forma conseguiremos aprender no sólo a redactar sino también a leer en el sentido de comprender a la perfección lo que un puñado de líneas nos quieren decir.