Cómo preparar la Selectividad.

Estudiantes… es inminente… el momento está a la vuelta de la esquina y no se puede huir de él. Pronto tendréis que enclaustrar vuestra vida social, guardarla bajo llave y esperar al final de la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) para volver a ser libres. Recordad que la calificación final que saquéis sumando el resultado de todos los exámenes determinará la carrera que haréis, pues las notas de corte no son las mismas para todas las carreras. Hay que esforzarse.

Pero no os preocupéis porque este traumático proceso, que desde fuera parece tan tedioso, no es para tanto y es fácil de superar si se hace bien. Así, os traemos hoy una lista de consejos y técnicas de estudio que os arrojarán mucha luz sobre cómo preparar la Selectividad. ¿Preparados? ¿Listos? ¡A estudiar!

1) Organiza tu tiempo –> Aunque la palabra estudiante se componga de estudia-dia-antes, no es algo aplicable a la Selectividad si queremos superar la prueba y, además, hacerlo con nota. Lo mejor es componer un calendario de estudio, y hacerlo lo antes posible. Lo ideal sería que desde ya, que estamos a finales de curso, empecéis a organizarlo en vuestra cabeza. Ese calendario debe responder a varios criterios: de cuánto tiempo para estudiar disponéis al día, cuáles son las asignaturas a las que les vais a dedicar más tiempo, cuáles se os dan mejor y cuáles peor, qué tiempo resta para dedicarlo a repasar… pero no penséis que esto va a ser todo. En ese calendario tiene que haber un hueco obligatorio al ocio. Si os dedicáis a estudiar sin parar durante todo el día sin hacer pausas, sin desconectar y sin dar a vuestro cerebro un respiro, todo el esfuerzo será en vano. Por lo tanto, se trata de organizar bien las horas del día y de la noche (HAY QUE DORMIR BIEN). Respecto a esto último, es cierto que algunas personas estudian mejor durante las horas nocturnas. No hay ningún tipo de inconveniente en ellos, siempre y cuando el reparto del tiempo y el estudio sea productivo.

2) Estudia de manera constante –> Es absolutamente necesario asimilar un hábito de estudio diario. Y no sólo a la hora de prepararse alguna prueba como la PAU, las oposiciones, un MIR… en general, para la carrera, para el módulo o para lo que sea, el cerebro de una persona funciona y asimila mucho mejor la información si desde joven está habituado a sentarse delante de los libros x horas al día. Esto para la Selectividad es absolutamente necesario, como hemos dicho, y conviene incluir en nuestro calendario los fines de semana. Los sábados y los domingos pueden ser un buen momento para repasar todo lo que se ha estudiado durante la semana: no hacemos el esfuerzo de comenzar tema nuevo, no es un estudio exhaustivo, pero se refresca lo que se ha estudiado los días previos. También se puede aprovechar para hacer ejercicios y mucha práctica.

3) Repasa de manera eficiente –> Repasar al día siguiente de haber estudiado es especialmente útil. Si lo haces bien, te asegurarás una máxima retención de conocimientos. Lo aconsejable es repasar TODO el material que tienes sobre cada materia, ya que al reunir y poner en conjunto todo el temario se crea una visión de conjunto, “panorámica”, que permite  la comprensión total. Trabaja esto hasta que recuerda toda la información. Para ello es muy útil realizar esquemas con flechas, corchetes, paréntesis, etc. Repite mentalmente la información mirando el esquema hasta que consigas completarlo y recitarlo todo sin fallar. Además de esto, lo más aconsejable es redactar, poner por escrito los temas, uniendo cada uno con el anterior y el siguiente, y así poder hilar la información. Es la mejor manera de aprender. Practica haciendo modelos de examen de hora y media, así trabajarás tu capacidad de síntesis y mejorarás tu agilidad mental para no quedarte en blanco.

4) NO TE AGOBIES –> Efectivamente, el examen de Selectividad es un paso muy importante en tu carrera académica, pero ello no implica que debas perder la cabeza ni los nervios. En primer lugar, porque es algo contraproducente que solo hará que vayas más lento en el estudio e, incluso, que suspendas. En segundo lugar porque, como el 99% de cosas en esta vida, no merece más importancia de la necesaria. Es decir, hay que afrontar la prueba con naturalidad y sabiendo que, de suspenderla, no será el fin del mundo. Las convocatorias extraordinarias existen por algo, y tiene menos mérito aprobar un examen en septiembre, ya que las circunstancias personales de cada persona pueden variar muchísimo e influir en nuestro estado anímico y en nuestra autoestima. De este estado depende, en gran medida, nuestro resultado.

Por lo tanto ¿qué podemos concluir? Resumimos: no te agobies. Haz el examen tranquilo, ve a por todas pero nunca pierdas de vista que no es algo determinante ni tienes nada que demostrar. Un examen no resume tu nivel intelectual. Eso lo hacen otras muchas cosas. Organiza tu tiempo, ordena tus apuntes, pon en conjunto los temas, busca una visión general y una comprensión completa, haz muchos exámenes a modo de práctica midiendo el tiempo que tienes para cada uno (hora y media) y, lo más importante: CONFÍA EN TI MISMO.