Pronombres personales átonos: laísmo, loísmo y leísmo

 

Hoy vamos a tocar un tema que volverá la cabeza loca a muchos madrileños y coterráneos: el uso correcto de los pronombres le, la, lo y sus correspondientes plurales, que se aleja de su uso cotidiano en las zonas de Madrid y alrededores, donde predominan los fenómenos conocidos como laísmo, loísmo y leísmo.

En esta entrada vamos a arrojar un poco de luz sobre el uso incorrecto de los pronombres personales átonos, explicando detalladamente su uso y poniendo ejemplos de cada uno.

Lo primero que hay que explicar es que los pronombres lo, la, los, las son de complemento directole, les son de complemento indirecto. Se comete laísmo, loísmo y leísmo cuando los pronombres de complemento directo se emplean como si fueran de complemento indirecto y viceversa. Reproducimos ahora el cuadro de la Real Academia Española para que lo veáis más claro:

singular

plural

3.ª pers. compl. directo masc.

lo

(también le, cuando el referente es un hombre)1

los

fem.

la

las

neutro

lo

 compl. indirecto

le

(o se ante otro pron. átono)

les

(o se ante otro pron. átono)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así, en base a este cuadro vamos a explicar ahora cuál sería el uso normativo de cada pronombre.

Ya hemos dicho que cuando el pronombre desempeña la función de complemento directo, deben usarse las formas lo, los para el masculino y la, las para el femenino. He aquí algunos ejemplos:

¿Has oído al profesor? Sí, lo he oído.

¿Encontraste a José y sus amigos? Sí, los encontré.

Compré caja de bombones de camino a casa y se la regalé a mi novia

Busqué a mis tías y las encontré

Citamos textualmente a la RAE para puntualizar un detalle aquí: “Dada la gran extensión en el uso de los hablantes cultos de ciertas zonas de España de la forma le cuando el referente es un hombre, se admite, únicamente para el masculino singular, el uso de le en función de complemento directo de persona: ¿Has visto a Jorge? Sí, le vi ayer en el parque.

Y cuando el pronombre desempeña la función de complemento indirecto, deben usarse las formas le, les (singular y plural, respectivamente), con independencia del género de la palabra a la que se refiera el pronombre:

Le pedí dinero a mi padre.

Le dije a mi novia que la quería.

Les di una nota a sus profesores.

No obstante, hay, como hemos dicho, numerosos casos en los que este uso no se lleva a cabo, y es entonces cuando se comete el laísmo, el loísmo y el leísmo. Vamos a ver cada uno.

EL LAÍSMO

Se llama laísmo a la utilización de los pronombres átonos la y las en lugar de le y les como complemento indirecto. Por ejemplo: “a mi hija la pegaron ayer en el colegio”. El uso correcto sería “a mi hija le pegaron ayer en el colegio”.

EL LOÍSMO

Al igual que el laísmo, el loísmo consiste en emplear lo y los en lugar de los pronombre átonos de complemento indirecto: le y les. De entre los tres fenómenos, este es el que se considera mas vulgar. Nos resulta muy raro oír “A Juan lo dieron una paliza”, y sin embargo algunas personas lo dicen. Lo correcto sería “A Juan le dieron una paliza”.

EL LEÍSMO

Se denomina leísmo al fenómeno de utilizar los pronombres átonos le y les cuando lo correcto sería lo y los o la y las “Al perro le vacunaron cuando era pequeño”, cuando lo correcto sería “al perro lo vacunaron cuando era pequeño”.

Es muy común escuchar “digo ‘la dije’ porque es una chica”, pero debéis recordar que el uso no va en función del género del referente sino que hay que basarse en las reglas de complemento directo o de complemento indirecto y en la transitividad de los verbos.