Cómo tomar buenos apuntes en clase

Muchos jóvenes ingresarán en un centro universitario a finales de periodo estival y comenzarán una nueva aventura académica, mucho más atractiva que la enseñanza obligatoria.

Pero esa vida maravillosa que les espera no estará compuesta únicamente de cervezas a media mañana y media tarde, cafés entre clase y clase, paseos por el campus… No. También implicará estudiar, y para estudiar es necesario disponer de un buen material, de calidad. Aunque casi todas las materias que se dan en la Universidad tienen, mínimo, un manual o libro de referencia, es importantísimo que el alumno disponga de unos buenos apuntes que hayan sido recogidos por él mismo. Con la intención de arrojar un poco de luz sobre esta tarea, hoy os traemos unas explicaciones sobre cómo tomar buenos apuntes en clase.

i

1. Familiarízate con tus docentes. Aunque esto en ocasiones puede llevar años (porque el alumno no consiga adaptarse, captar el ritmo de enseñanza de cada profesor, su dinámica, o simplemente porque se encuentre desorientado ante tanto material…), es importante que el alumno se haga pronto una idea de cómo es su docente: qué métodos emplea, qué conocimientos exige, cuál es el nivel que espera de sus alumnos, cómo evalúa, qué criterios valora… y muchas cosas más. Se trata de conocer al máximo al docente para saber qué apuntes debemos tomar, qué ideas tenemos ya recogidas, cuáles repite, cuáles podemos completar con manuales… Eso nos ayudará a tomar unos apuntes de calidad y a descartar la información que no sirve o es repetida.

2. Asume varios métodos. Si cada profesor es diferente, el método será diferente. Tendrás que mentalizarte de que un método único para cada asignatura no sirve para tomar buenos apuntes en clase, ya que cada materia y cada profesor exigirán de ti diferentes cosas.

3. Estructura y orden. No pienses que tus apuntes serán dignos de enmarcar… Posiblemente tu compañero de al lado tendría que consultar a un grafólogo para entenderlos, pero eso da igual. Lo importante es que los entiendas tú y solo tú. Para escribir más rápido hay algunas abreviaciones que vienen genial, como:

xq = porque

tb = también

tp = tampoco

xo = pero

xa = para

q = que

p.e = por ejemplo

Si escribimos en folios, tenemos que numerar las páginas obligatoriamente o a la hora de estudiar querremos suicidarnos.

 4. Pasar a limpio. Pasar a limpio los apuntes no consiste en copiar nuevamente todo lo que se ha recogido en clase para que quede bonito y con buena letra. Los apuntes no son para acumularlos en una carpeta y olvidarnos de ellos hasta que llegue el examen, son parte del trabajo diario de estudiar y debemos leerlos de nuevo cuando aún tenemos fresco lo que se ha dicho en clase. El hábito de pasarlos a limpio puede ayudarnos a hacer esa segunda lectura, pero no debemos hacerlo con fines estéticos sino para ampliar aquello que necesitemos con los libros o para buscar las dudas que nos hayan surgido durante la explicación.

5. Resaltar lo importante. Otra de las cosas que nos aporta el pasar a limpio es que nos permite, al hacer una lectura concienzuda, poder resaltar lo más importante.

6. Escuchar antes de copiar. Ponerse a copiar como loco lo que dice el profesor es una cosa absolutamente contraproducente e inútil. El ejercicio de tomar apuntes nos obliga a prestar atención para poder discernir qué es importante y qué no, por lo que con el tiempo y la práctica cogeremos mucha soltura y aprenderemos a escuchar y a extraer de un discurso la información más importante y necesaria. A la hora de estudiar lo notaremos y nos alegramos.

Pero, como gustaba de recitar un profesor de esta servidora que escribe, “cada maestrillo tiene su librillo”, y vosotros mismos desarrollaréis un estilo propio adaptado a vuestras necesidades y capacidades.

¡A estudiar se ha dicho!